- El equipo de Trump apunta a continuar con políticas conservadoras, enfocadas en seguridad nacional, migración y una postura anti-“woke”.
- Las políticas proteccionistas y de inmigración más estrictas podrían afectar las relaciones comerciales y generar fricciones en temas migratorios con Colombia.
Donald Trump ha comenzado a estructurar su equipo para su segundo mandato, con una serie de nombramientos que ya están generando debate, especialmente en lo que respecta a su impacto en la política exterior de Estados Unidos. Algunos de estos nombramientos destacan no solo por su relevancia en el ámbito político, sino por la polémica que los rodea.
Uno de los más destacados es el de Tom Homan como encargado de la política migratoria. Homan, exdirector del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), fue responsable de la dura separación familiar durante el primer mandato de Trump, una medida que afectó a miles de niños inmigrantes. Su regreso a la política podría tener repercusiones directas en América Latina, especialmente en países con altos niveles de migración hacia Estados Unidos, ya que sus políticas podrían intensificar las medidas de control en la frontera.
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Otro nombramiento relevante es el de Marco Rubio como secretario de Estado. El senador de origen cubano, quien ha tenido una postura firme contra gobiernos de la región, podría redefinir la política estadounidense hacia América Latina. Su historial como defensor de la OTAN y crítico de países como China, Irán y Venezuela sugiere que su liderazgo podría intensificar las tensiones con gobiernos de izquierda.
En el ámbito de la seguridad, el nombramiento de Kristi Noem como secretaria de Seguridad Nacional también tiene implicaciones para América Latina, ya que la agencia tendrá un papel central en la implementación de las leyes de inmigración, un tema siempre candente en las relaciones entre Estados Unidos y países latinoamericanos.
Asimismo, la elección de Elise Stefanik como embajadora ante la ONU ha generado controversia. La congresista, conocida por sus comentarios críticos hacia la organización internacional, podría tener un enfoque más unilateral en las relaciones internacionales de Estados Unidos, lo que podría afectar la diplomacia con países de América Latina que buscan una mayor cooperación multilateral. Y el de Robert F. Kennedy Jr. como secretario de Salud (https://sectorial.co/informativa-salud/), conocido por su postura antivacunas, ha generado gran polémica debido a sus teorías desacreditadas sobre las vacunas y la salud pública. A pesar de no ser médico, Kennedy ha afirmado que las vacunas pueden causar autismo y ha promovido ideas conspirativas sobre el COVID-19, lo que ha generado preocupación sobre el impacto de su nombramiento en la política sanitaria de EE. UU.
En cuanto a las políticas internas, el nombramiento de Vivek Ramaswamy y Elon Musk al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental también ha llamado la atención. Musk, con su enfoque empresarial, busca reducir el gasto público en un 33%, lo que podría traducirse en recortes en áreas como la ayuda internacional y las políticas de inmigración, áreas que impactan de manera significativa en América Latina.
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Las primeras decisiones de Trump sugieren un enfoque continuista de su primer mandato, pero con una fuerte consolidación de su poder interno. Las políticas exteriores se centrarán en la confrontación con China, un fortalecimiento de la relación con Israel y una postura dura hacia los países considerados adversarios de Estados Unidos, como Cuba, Irán y Venezuela. Internamente, se puede esperar un énfasis en la seguridad nacional, con políticas migratorias aún más restrictivas y una postura anti-“woke”, que podría intensificar la polarización política en EE. UU.
México, vecino y socio comercial clave de EE. UU., probablemente enfrentará más presión en temas de inmigración. Las políticas proteccionistas de Trump, que ya fueron una característica central de su primer mandato, también podrían complicar las relaciones comerciales, aunque el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) podría seguir siendo un tema de negociación.
En el caso de Colombia, aunque el país continúa siendo un aliado estratégico de Estados Unidos en la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo, la relación podría verse afectada por las políticas proteccionistas de Trump, particularmente en el comercio. Las tensiones en el tema de la migración, un punto crucial entre ambos países, podrían intensificarse, ya que las políticas de Trump en esta área son notoriamente estrictas.
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El segundo mandato de Donald Trump, con su gabinete integrado por figuras comprometidas con su visión, promete continuar con muchas de las políticas que marcaron su primer mandato. A nivel interno, se puede esperar un enfoque conservador en temas como la inmigración, el aborto y la seguridad nacional. A nivel internacional, las tensiones con China y las políticas estrictas hacia países como Venezuela y Cuba dominarán su agenda. En cuanto a América Latina, la región se enfrentará a políticas más duras en cuestiones migratorias y de comercio, mientras que Colombia, aunque mantiene su estatus de aliado estratégico, podría ver un cambio en las dinámicas comerciales y de cooperación.