En los últimos días, los precios del cacao han mostrado una notable tendencia al alza en el mercado, con una volatilidad que presenta tanto oportunidades como desafíos para los distintos actores en la cadena de producción y consumo.
Según un balance de Bloomberg del primer semestre del año, el cacao ha registrado ganancias significativas, aunque su comportamiento ha sido más fluctuante comparado con otras materias primas. En abril, el precio de la tonelada de cacao alcanzó un máximo de US$10.884, para luego descender a US$7.850 en julio. No obstante, ha habido un aumento del 84 % en comparación con abril de 2023, cuando el precio era de US$2.816.
Desde la perspectiva de los productores de cacao, este incremento en los precios es una buena noticia. Eduard Baquero, presidente de Fedecacao, destacó que los cultivadores están satisfechos con los precios actuales, los cuales representan una mejora significativa después de largos periodos de condiciones desfavorables. Este aumento de precios ha permitido a los productores obtener mayores ingresos, lo cual es crucial para el desarrollo de sus operaciones y la mejora de su calidad de vida.
Sin embargo, no todos en la cadena de valor del cacao comparten este optimismo. Los transformadores, que convierten el fruto en productos finales como bombones y tabletas de chocolate, enfrentan desafíos considerables. Aunque la venta directa del cacao es rentable, los costos adicionales asociados con la transformación no siempre se compensan con el aumento del precio de los productos finales. Este problema es especialmente grave para los pequeños y medianos transformadores, quienes han visto reducir sus márgenes de rentabilidad debido a los costos elevados y la competitividad del mercado.
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