Los analistas difieren acerca de la proyección del precio del petróleo a corto plazo: Unos lo proyectan a un valor cercano a los U$20, mientras que otros esperan un pronto rebote junto a la normalización del mercado petrolero internacional. En Colombia, la esperanza recae en las proyecciones positivas, pues de no ser así, la economía nacional se enfrentaría a una crisis interna.
Fuente: www.freeimages.com Autor: Dani SimmondsS
Ya conocida la suspensión de las sanciones hacia Irán por parte de Estados Unidos, la Unión Europea y sus socios; el mercado petrolero tiembla ante las oscuras perspectivas. Según la Agencia Internacional de Energía, al mundo le sobran tres millones de barriles diarios, y para los analistas del Banco Mundial, el país de Medio Oriente podrá producir casi un millón de barriles por día, lo que significará una caída adicional de los precios en 10 dólares. La preocupación en el mercado global es alta, la volatilidad en los mercados financieros incrementará, y, de seguro, varias economías mundiales se verán profundamente afectadas, entre ellas Colombia.
Desde el inicio del “crash” petrolero, la economía colombiana se ha enfrentado a altos niveles devaluativos e inflacionarios, factores preocupantes ante el inicio del presente año. Una mayor caída del precio del petróleo profundizaría la coyuntura negativa local. Colombia, un país reconocido por ostentar una economía petrolera, está siendo víctima de la inestabilidad del mercado energético: Ecopetrol, la petrolera de participación estatal, perdió en los últimos 3 años U$122.200 millones de su valor en libros, es decir, un 90% de su valor. Adicionalmente, los $10.9 billones de pesos de utilidad que entregaba la empresa a la Nación, su principal accionista, se reducirán, posiblemente, a $4.8 billones, o menos.
Un barril de petróleo de U$20 dólares, convertiría a la mayoría de los campos petroleros inviables para su explotación. Según Francisco José Lloreda, presidente de la Asociación Colombiana de Petróleos, en Colombia el costo de operación y transporte a puerto de exportación oscila entre U$20 a U$30 dólares por barril, es decir, si se llega a los U$20 dólares por barril, el país se vería en la obligación de subsidiar la producción petrolera, o en su defecto, renunciar a la exportación de crudo, opciones realmente difíciles desde cualquier perspectiva, pero posibles ante el mercado actual.
Adicionalmente, en el caso de que los campos petroleros colombianos sean inviables financieramente para su explotación, la meta del millón de barriles producidos diariamente sería más que lejana y los ingresos nacionales sufrirían una mayor caída. En conclusión, un barril de petróleo a U$20 dólares conduciría a una industria petrolera cercana a la quiebra. Ejemplo de ello son las 40 compañías pertenecientes a dicha industria nacional, que, a falta de U$9 dólares para llegar a ese precio, se encuentran en proceso de reorganización en la Superintendencia de Sociedades.
Por otro lado, dada la relación inversa que posee la tasa de cambio y el precio del petróleo, una mayor disminución del barril impactaría el diferencial de cambio existente entre el peso colombiano y el dólar americano, conduciendo a una mayor devaluación; factor de gran importancia al explicar el porqué de la inflación actual. Por ende, una profundización del nivel devaluativo incrementaría, aún más, el fenómeno inflacionario que atraviesa el país.
En conclusión, un barril de petróleo a U$20 impactaría negativamente cincos aspectos fundamentales para la economía nacional: la devaluación, la inversión extranjera, las exportaciones energéticas, la producción petrolera y, por ende, generaría un aumento general en los precios del mercado nacional.
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