El uso de mascotas en publicidad ha transformado la forma en que las marcas conectan emocionalmente con los consumidores, logrando niveles de interacción superiores al promedio. Estudios recientes revelan que contenidos con animales generan hasta 2,5 veces más interacción en redes sociales y, en plataformas como Instagram, los comentarios pueden aumentar hasta un 295%. Este impacto se debe a que las mascotas despiertan emociones universales como ternura, nostalgia y alegría, claves para cautivar audiencias jóvenes, especialmente millennials y Generación Z.
De acuerdo con el portal América Retail, empresas de diversos sectores, desde alimentos hasta tecnología, han incorporado mascotas como parte central de sus estrategias publicitarias. Ejemplos icónicos como el perro de una aseguradora o los “petfluencers” con millones de seguidores en redes sociales han demostrado la capacidad de estos animales para humanizar marcas y aumentar la fidelización. Esta tendencia, además de elevar las ventas, refuerza valores como la autenticidad y la empatía.
Sin embargo, el marketing pet-friendly no está exento de desafíos éticos. Las marcas deben garantizar el bienestar animal y fomentar mensajes responsables. Algunas empresas ya promueven la adopción o donan a refugios, alineándose con consumidores preocupados por la tenencia responsable.
La combinación de emociones, tecnología y responsabilidad marcará el futuro de estas campañas, integrando innovación y compromiso ético para conectar genuinamente con el público.
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