En un artículo anterior “La Vida Laboral en los Años 60 y 70. Reglas Claras y Trabajo Bien Hecho” analizamos el comportamiento de la vida laboral en los años 60 y 70, la cual se regía por unas reglas muy claras, dónde el espacio de trabajo se limitaba a la oficina, las responsabilidades eran individuales y específicas, se establecía una hora donde comenzaba el día laboral y el tiempo exacto en el que terminaba.
Hacia los años 80 y 90 surge la llamada generación “X”, que redefinió la relación entre trabajo y recompensa. Personas seguras, extrovertidas y competitivas; que buscaban hacer todo lo posible y necesario para tener un crecimiento rápido.
Esta generación carecía de la identidad generacional que si tenían sus padres y abuelos. Eran tan distintos entre ellos que era prácticamente imposible encontrar un patrón para definirlos. Sus percepciones sobre la vida, el amor y el trabajo surgieron más de la comprensión individual que de las definiciones sociales. Tal vez lo único que tenían en común es que se sentían parte de una cultura terminal. Semejantes características hacían incluso difícil denominarlos de una manera clara y por eso se eligió la letra X, la misma que sirve para definir las incógnitas en los ejercicios matemáticos.
En 1996 se publicó el libro “Rocking the Ages”, escrito por J. Walter Smith y Ann Clurman, basado en los estudios sobre la Generación X de la empresa Yankelovich Partners International. Esta publicación fue recibida con enorme avidez por los especialistas en mercadeo. Se trataba de la primera aproximación sistemática a la Generación X. Los resultados confirmaron el individualismo como principal característica de esta generación. Encontraron personas ambiciosas, astutas y que comprendían sus universos inmediatos mucho más rápido que sus padres. Al mismo tiempo identificaron que esta puede ser, por razón de sus alcances y preparación, la generación más innovadora en el campo tecnológico de toda la historia. Dijeron de ellos que eran X-citing (emocionantes), X-igent (exigentes) y X-pansive (expansivos).
El éxito de esta generación se definía como ser rico a temprana edad, dónde una gran idea podía ponerlos fácilmente en un puesto directivo, basado en méritos y sin tener en cuenta la experiencia. Era una época de alta competencia individual, donde cada persona buscaba destacarse para cumplir sus objetivos, y un punto de apoyo central fue obtener títulos de especialización, MBA´s y PHD´s, para salir adelante y marcar la diferencia ante sus competidores.
Bajo el premio a la realización individual, unas buenas prendas de vestir y una tarjeta de crédito ayudaban a cerrar grandes negocios y a expandir su red de contactos. Estar en el lugar y a la hora indicada era lo que definía los planes de trabajo. La jornada laboral fue extendida a los bares, donde la mezcla de la vida personal y profesional, convirtió a gran cantidad de personas en alcohólicos adictos al trabajo.
Al final, el ganador era quien primero se sentara en una mesa directiva, en el más corto tiempo posible.