La quiebra del equipo italiano Parma de la Serie A, ha generado una gran tristeza en el fútbol mundial, pues tras años de mal manejo y de escándalos como la detención del presidente del club por lavado de dinero; finalmente fue declarado en quiebra por un tribunal de Italia.
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Según el tribunal, la decisión se dio por una deuda de más de 200 millones de euros, no pagar sueldos por siete meses, la detención de su presidente por lavado de dinero y clonación de tarjetas de crédito. Por ahora no se sabe si al equipo se le permitirá jugar en la Seria A por lo que resta del año, o si el club comienza de nuevo desde la Serie B (segunda división), un descenso inevitable, o desde la Serie D (cuarta división), comenzando desde el escalón amateur.
Aún sin decidir en qué serie jugará el equipo, los malos manejos administrativos tampoco le han permitido asistir a todos sus partidos, pues no les es posible costear los gastos de viaje y hospedaje para participar en un juego.
Y es que la falta de conocimiento administrativo también llega al fútbol, y no sólo al italiano. El manejo de un equipo de fútbol es más difícil de los que algunos pensarían, pues además de compartir la afición por el deporte, también es necesario que quien dirija, tenga conocimientos administrativos y visión empresarial.
En Colombia, varios equipos también han pasado por una mala racha financiera, crisis derivada, entre otros factores, de las deudas de los clubes profesionales en cuanto a salarios, seguridad social e impuestos, además de las bajas asistencias a los partidos. Durante el 2010 y 2011 los equipos colombianos sufrieron una serie de acontecimientos que llevaron a declarar una crisis económica, que además necesitó de la intervención del gobierno y del Instituto Colombiano del Deporte (Coldeportes), mediante el seguimiento, control y vigilancia de los procesos administrativos y financieros de los equipos de fútbol y la modificación de la normatividad legal que, en el pasado, obligó a la mayoría de ellos a constituirse como organizaciones sin ánimo de lucro.
Aunque esta clase de afectaciones es más usual verlas en equipos pequeños, algunos equipos de renombre han tenido que declararse en quiebra, como lo fueron: el Racing de Avellaneda en 1998; el anuncio oficial se dio en 1999 y su reaparición en el año 2000; la Fiorentina desapareció tras serios problemas financieros, aunque en ese mismo año (2003) volvió a la vida; el Napoli pasó por las mismas y dejó de existir en 2004 (fue refundado por Aurelio de Laurentis bajo el nombre Societa Sportiva Calcio Napoli); el Borussia Dortmund se declaró en quiebra en 2005, tuvo que vender muchas figuras, además del nombre de su estadio, el Westfalenstadion (ahora llamado Signal Iduna Park), y reducir sueldos a jugadores.
Si bien estos equipos lograron salir de la crisis, quedó claro que el desajuste administrativo afecta el juego en las canchas, y además acaba con la ilusión de muchos hinchas que esperan ver a sus equipos en las grandes ligas.
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