Recientemente, el Fondo Monetario Internacional corrigió al alza sus proyecciones de crecimiento para 2023 en 0,2 puntos porcentuales (pps) con respecto a las estimaciones hechas en octubre de 2022. El ajuste está asociado con sorpresas positivas en la actividad económica y a la resiliencia observada en algunos países. De acuerdo con la entidad, la actividad económica se verá afectada por el incremento en las tasas de interés de política monetaria, sobre todo en las economías avanzadas y por los efectos económicos del conflicto entre Ucrania y Rusia. En cuanto a la pandemia, no se prevén amenazas para la economía relacionadas, especialmente teniendo en cuenta que la Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que en 2023 se podría poner fin a la pandemia.
Similarmente, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) proyecta un crecimiento de la economía global del 2,6%, el cual es 0,4 pps mayor que su estimación anterior. En contraste, la Organización de Naciones Unidas (ONU) prevé un crecimiento del 1,9% en 2023 debido a reducciones en el consumo privado y en la inversión como consecuencia de las altas tasas de interés. Vale la pena señalar que, con respecto a las proyecciones de mitad de 2022, las actuales son 1,2 pps más bajas.
Por su parte, el Banco Mundial advirtió sobre los efectos de la pandemia y de la guerra en Ucrania en el crecimiento potencial de largo plazo. Según Indermit Gill, economista jefe y vicepresidente senior de economía del desarrollo de la entidad, la tasa máxima a la que puede crecer la economía sin causar inflación se ubicará cerca del 2,2% entre 2022 y 2030, de modo que “se podría estar gestando una década perdida para la economía global”. No obstante, si los gobiernos emprenden políticas para fomentar el trabajo, la productividad y la inversión, el crecimiento potencial puede llegar hasta el 2,9%.
En conclusión, el crecimiento esperado para 2023 es inferior al promedio observado desde el año 2000 y, pese al entorno macroeconómico retador, las probabilidades de una recesión económica mundial son bajas.
Para América Latina y el Caribe, las proyecciones de crecimiento económico del Fondo Monetario Internacional apuntan a un incremento del 1,8% con respecto a 2022. En este caso, la estimación es 0,1 pps mayor que la de octubre de 2022, lo cual fue causado principalmente por un mejor dinamismo en Brasil y México, que, a su vez, estuvo relacionado con la resiliencia de la demanda interna, el crecimiento mayor a lo esperado en los principales socios comerciales y a la política fiscal. De igual manera, Eric Parrado, economista jefe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), destacó que la proyección de crecimiento de China del 5,0% es favorable para la economía de la región, al ser el país asiático uno de sus principales socios comerciales.
En el caso de Colombia, el crecimiento económico de 2022 cerró en 7,5%, cifra que fue menor a la prevista por la mayoría de los analistas y que da indicios del comienzo de la desaceleración de la actividad del país y del retorno a una senda de crecimiento sostenible en el largo plazo. En efecto, las proyecciones para 2023 y 2024 también se han corregido a la baja debido a las condiciones externas más restrictivas, al aumento en los costos de financiamiento y en el riesgo país y a la ralentización en el crecimiento económico de los socios comerciales del país. En todo caso, la economía colombiana crecería menos que la región de América Latina y el Caribe en 2023. A nivel doméstico, se espera una disminución en el consumo total de bienes y servicios, explicada por las restricciones de liquidez y la caída en la confianza del consumidor. Sin embargo, del lado de la inversión, aunque se prevé un menor dinamismo, se espera que las obras civiles tengan un impacto positivo (¿Tiene Colombia con qué Sustituir Económicamente al Petróleo?).
En este contexto, el Banco de la República espera que la tasa de desempleo se ubique entre el 9,8% y el 12,9% con un valor promedio de 11,3% en 2023, mientras que otros analistas expertos del mercado proyectan que la tasa de desocupación será de 11,1% en el total nacional y de 11,7% en las zonas urbanas del país. Sin embargo, el desempleo sería cercano al registrado en 2022 y estaría explicado por un incremento en la población que busca empleo, más que por un fenómeno de despidos. En comparación con algunos países de la región, Colombia tendría una de las tasas de desempleo más elevadas (Reforma Pensional: Del Ahorro al Reparto (Video y Podcast)).
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