En el último año el volumen de suicidios de profesionales que se dedican a las finanzas se ha incrementado.
Foto: www.swc.hu (Autor:spekulator )
Este flagelo radica principalmente en el mundo de Wall Street desde Estados Unidos hasta Hong Kong, pasando por Londres. Si bien es precipitado llamarlo una avalancha o una tendencia, el portal Business Insider decidió darle frente al tema y hablar sobre el mismo.
Lo que hace a un puesto en Wall Street diferente a los otros trabajos que existen en el planeta, es que los diferentes tipos de personas que trabajan allí tienen maneras diversas de lidiar con el estrés, que es lo que todos tienen en común, al ser un trabajo con altas presiones y que ha estado bajo un mayor escrutinio desde la crisis financiera.
Imagine que usted es una persona altamente competitiva orientada a los resultados, cuyo trabajo una vez fue recompensado con un cheque gordo. De pronto, la economía mundial se estrelló y es culpa suya. Como resultado, usted tiene nuevas reglas acerca de lo que puede y no puede hacer. Usted necesita ponerse al día con las nuevas regulaciones y debe trabajar más duro que antes, pero no puede producir el dinero que una vez hizo. Los medios de producción que alguna vez tuvo se han ido.
“Wall Street no se limpió en términos de regulación hasta enterarse de que había una enorme crisis de hipotecas. Una enfermedad mental es algo similar, no es un problema hasta que alguien salga herido”, dijo el doctor Alden Cass, psicólogo y autor del libro “Pensamiento Alcista: la Guía del Asesor para Sobrevivir y Prosperar en Wall Street”.
Cass se especializa en tratar pacientes con puestos de trabajo de alto poder y alto estrés. Él dice que estas personas están en riesgo de sufrir cuando consideran que el trabajo que hace parte de sus identidades no encaja con las altas expectativas que han establecido de sí mismos. Las personas que hacen parte de Wall Street normalmente son perfeccionistas por naturaleza y altamente competitivas, donde compararse con los demás hace parte de su día a día.
“En un entorno donde las personas son despedidas a menudo, se puede generar una paranoia grave”, afirma Cass, “la gente se siente reemplezable”.
En lugar de buscar el tratamiento que las firmas de Wall Street ofrecen a sus empleados, a menudo psicólogos, los profesionales de finanzas prefieren tratar sus problemas con alcohol y drogas.
Es una cuestión cultural; pedir ayuda hace parecer débil, hablar con sus colegas sobre su estrés no lo hará quedar bien. Nadie en Wall Street, el lugar donde “se come lo que se mata”, quiere parecer débil.
Cass piensa que la única manera de cambiar realmente la salud mental es ir más allá de tener psiquiatras disponibles y atarla razón de que los banqueros trabajan para su remuneración. Después de todo es la razón principal por la que lo buscan. “Principalmente me refiero a esto debido a lo que me dicen mis pacientes: ‘Por alguna razón no estoy haciendo tanto dinero como antes'”.
Desde entonces y hasta la recuperación, se da el verdadero trabajo tratando de convencer de que los méritos deben superar las frustraciones y que la salud mental está completamente atada al desempeño, lo que requiere una especial atención por parte de todas las personas.
*Artículo desarrollado con información de Business Insider.
