Según el reciente informe de Acquisition of Agri-Biotech Application, Isaaa, alrededor del mundo existen 185.1 millones de hectáreas de cultivos biotecnológicos distribuidos en 26 países, lo que involucra a 18 millones de agricultores. Estados Unidos encabeza la lista con 72,9 millones de hectáreas. Por parte de los países en desarrollo, los líderes son Brasil, Argentina e India.
Fuente: Agrobio
En Colombia, la ampliación de los diversos cultivos permitió que el PIB de estos incrementara un 8,8% durante los tres primeros trimestres del año. Esto beneficia al mercado de los agroquímicos, que incluye las semillas e insumos para el control de plagas y mejorar la productividad.
Así mismo, buscando ampliar el número de hectáreas de cultivos con mejoras genéticas en el país, en 2016 se aprobó el ingreso de nueve tipos de semillas transgénicas, entre ellas una para algodón, seis para el maíz y las dos restantes para la soya. De la mano de este tema, se encuentra el auge de nuevas variedades con modificaciones genéticas que impactan la productividad de algunos sectores, entre ellos el de la soya, el café, el cacao, el arroz y el de frutas como la guayaba.
Entre los principales obstáculos del sector agroquímicos, se tiene que desde el nacimiento y posterior fortalecimiento de las empresas de este sector, las diferencias entre defensores de la seguridad alimentaria e instituciones no gubernamentales con los emporios y sus allegados han aumentado. Los puntos de disputa son las semillas híbridas que obligan a la recompra de las mismas para volver a sembrar, ya que la productividad de su descendencia es significativamente menor. Por otro lado, está el tema de los transgénicos y su estructura de monopsonio.
Desde el otro extremo, el positivo y relacionado al tema de los precios y la financiación, se tiene la continuidad de la excepción de arancel a la importación de maquinaria agrícola de segunda. La idea con esta medida es favorecer la tecnificación de diversos sectores agrícolas y pecuarios.
Es esta misma línea, el gobierno nacional, a través de Finagro, tiene disponible la línea especial de redescuento, con el objeto de financiar la compra de maquinaria nueva de uso agropecuario. La medida se hizo pública bajo la Circular Reglamentaria P-21 de 2017, que fue publicada el 12 de octubre. El sector agroquímico se beneficia con esta situación, porque se incluye maquinaria con dispersores de insecticidas y demás sustancias para el mejoramiento de los cultivos, lo cual mejora su impacto.
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