El precio del cobre está en ascenso, y no muestra signos de desaceleración. De acuerdo con el diario Portafolio desde febrero ha estado en una tendencia alcista, alcanzando un hecho significativo esta semana al superar los 10.000 dólares por tonelada en la Bolsa de Metales de Londres (LME). Este precio no se veía desde abril de 2022.
La demanda de cobre está siendo potenciada por el cambio hacia fuentes de energía más limpias y renovables. Desde vehículos eléctricos hasta paneles solares y turbinas eólicas, el cobre es un componente esencial en la infraestructura de la transición energética. Kathleen Brooks, analista de XBT, lo describe como el “nuevo petróleo”, subrayando su importancia en la economía verde emergente.
La oferta, por otro lado, está bajo presión. Huelgas, tensiones geopolíticas y nuevas regulaciones están limitando la producción. Además, encontrar yacimientos viables económicamente es un desafío, ya que el proceso de exploración y extracción es costoso y puede llevar años desde el descubrimiento hasta la producción comercial.
El cobre se ha convertido en un indicador crucial del estado de la economía global, conocido como “Doctor Cobre”. Su aumento en demanda y precio refleja la creciente necesidad de este metal en diversos sectores, desde la construcción hasta la electrificación de transportes.
Los principales productores mundiales de cobre, como Chile, Perú y la República Democrática del Congo están en el centro de esta dinámica. Sin embargo, la competencia por recursos y el agotamiento de los yacimientos están planteando desafíos a largo plazo para la industria.
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