Según información contenida en el diario El Colombiano, debido a los precios elevados que llegaron a aumentar más del 18% a principios de 2023, los consumidores en Colombia optaron por cambiar la carne de res por otras fuentes de proteínas como pollo y cerdo. No obstante, en los últimos meses se observa un cambio en esta tendencia. Actualmente, hay una desaceleración en la disponibilidad de sustitutos, los precios de la carne de res han disminuido y la industria ganadera está intentando capitalizar esta situación.
Según el informe más reciente del Dane, en diciembre los precios de la carne aumentaron un 3,46%, una cifra significativamente inferior a la registrada en el mismo mes de 2022, cuando experimentaron un aumento del 20,21 %.
Como reporta el Sistema de Información de Precios y Abastecimiento del Sector Agropecuario (Sipsa), el precio promedio de un kilo de sobrebarriga ha experimentado una reducción. En las primeras semanas de enero de 2023, este costaba alrededor de $27.850, mientras que en el mismo período de 2024 ha descendido a $26,600. En otras palabras, ha experimentado una disminución del 4,49%.
Según analistas, el desafío en 2024 se origina en el bajo rendimiento de los restaurantes y un consumidor con poder adquisitivo reducido. Este consumidor se ha visto forzado a buscar alternativas más económicas en diversos productos, lo que podría afectar negativamente el negocio de la ganadería bovina debido a sus precios más elevados en comparación con otras carnes.
En relación con la coyuntura de la carne de res en el país, Óscar Cubillos, director de la Oficina de Estudios Económicos de Fedegán, señaló que el consumo interno de esta proteína no se reduciría este año, ya que experimentó uno de los menores aumentos de precios, junto con el cerdo (3,4%). Mientras tanto, la carne de pollo aumentó un 7,4%, los embutidos un 23% y los huevos un 4%.
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