En la economía de hoy es cada vez más usual que los mayores beneficios económicos se concentren entre pocos individuos, mientras sucede lo contrario con los beneficios bajos, que son divididos entre gran cantidad de ciudadanos.
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El economista Sherwin Rosen explicó este fenómeno por medio de un artículo publicado en 1981 que tituló “La Economía de las Superestrellas”. Los empresarios más grandes del mundo se enriquecen cada vez a mayor velocidad y mayor cantidad, generando un crecimiento en la brecha de ingresos que tienen con los ciudadanos comunes. La Economía de las Superestrellas explica como un individuo (la superestrella) puede ganar hasta 200 veces más que otras personas que ganan un salario mínimo por desempeñarse en la misma función.
Pues bien, para que se dé este suceso debe existir una serie de condiciones. La primera de ellas es que la superestrella tenga acceso a grandes mercados. Las relaciones interpersonales son de gran importancia para que el desarrollo de una superestrella se haga una tarea fácil. Benjamín Franklin decía que el camino hacia la riqueza depende fundamentalmente de dos palabras: trabajo y ahorro. Pero ser poseedor de riqueza es muy distinto a tener dinero, ya que la riqueza son los recursos que se pueden usar para crear y aprovechar distintas oportunidades y que permanecen en el tiempo, mientras que el dinero fácilmente vuelve a salir del bolsillo con su manipulación diaria.
En este orden de ideas, la teoría de Franklin, si bien puede ser cierta, va en contravía de lo que mencionamos anteriormente, pues en gran medida ha sido el nepotismo el origen de la riqueza para muchos, donde la contratación de familiares y cercanos se pasa de generación en generación, aunque un nepotismo positivo se traduce en una ventaja competitiva para un negocio, el negativo se convierte en un acto de corrupción.
La segunda condición es que la sustitución de las super estrellas sea imperfecta, es decir, que no pueda ser reemplazado por otra persona, con esto se genera una relación convexa, ósea directamente proporcional entre el ingreso y el talento de la persona, por lo que, ser bueno supone ser mayormente demandado por el público. Habrá una super estrella siempre y cuando se cumpla al mismo tiempo ambas condiciones, ya que como se mencionó al principio, muchas veces un gran talento no implica una mayor percepción de dinero.
Otro aspecto para tener en cuenta en esta economía es que la captación de los salarios de una superestrella está relacionada con el hecho de que la prestación del servicio se da a un número mayor de personas y bajo el mismo esfuerzo que si lo hicieran a un grupo menor, como sucede con los futbolistas, las redes sociales, entre otros, y es por ello por lo que existe diferencia de renta con una ocupación en la cual prestar el servicio a dos personas implica el doble de trabajo. Un ejemplo de esto es el de un zapatero, el cual si bien él puede atender a un grupo extenso de personas, la cantidad de trabajo es mayor y en algún momento su utilidad marginal sería decreciente por el desgaste que esto implica, por lo que no existe un zapatero superestrella por muy talentoso que sea.
Las características de los mercados en donde se ofrecen los servicios o productos también tienen dos factores fundamentales que se deben cumplir para el desarrollo de la economía de las superestrellas. El primero de ellos es que todos los clientes del mercado deben beneficiarse de un bien ofrecido por el mismo productor y el segundo se trata de que el bien o servicio debe permitir al mejor oferente llevar a que los clientes lo adquieran por un costo muy bajo, si se ofrece a muchas personas al mismo tiempo se multiplicarán exponencialmente los ingresos de la elite.
Son muchos los que afirman que la concentración de la riqueza es el origen de la pobreza y el desvirtúo político, pero hay quienes piensan que bien merecido lo tienen, porque mientras otros malgastan los ingresos y se esfuerzan poco, hay quienes pasan su vida luchando por este fin, convirtiéndose ya sea por nepotismo, por los patrimonios heredables o por el mismo esfuerzo, en los privilegiados de la sociedad, cuyas rentas de capital se encuentran por encima de la economía de muchos países.
Como decía Margaret Thatcher, la Dama de Hierro: la acumulación de riqueza es en sí misma un proceso moralmente neutro. Ciertamente, la riqueza trae tentaciones, pero también la pobreza. ¿Qué tan cierto será?
A continuación, les presentamos un ranking de las personas seis más ricas en 2017 y el origen de sus ingresos:
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