En los últimos años, el sector transporte ha experimentado una reducción significativa en los volúmenes de carga movilizados debido a la contracción de sectores clave como la industria, el comercio, la minería y la construcción. La productividad de los vehículos de carga también se ha visto afectada por cierres viales causados por fenómenos naturales y deficiencias en la infraestructura que terminan teniendo un impacto en los costos.
En 2024, el Índice de Costos de Transporte de Carga por Carretera (ICTC) aumentó un 4.1%. Este incremento fue impulsado principalmente por el aumento de los peajes y el grupo de partes y servicios de mantenimiento y reparación, con un alza del 5.1% y 4.6%, respectivamente. Los costos de combustibles también crecieron un 4.2%. Sin embargo, los insumos fueron el único grupo de costos que disminuyó, bajando un 0.9%.
El ICTC no considera otros factores que afectan los costos logísticos, como la inseguridad, los bloqueos, las deficiencias en la infraestructura vial y la escasez de conductores calificados. Según la Federación Colombiana de Transportadores de Carga por Carretera (Colfecar), Colombia tiene una de las flotas de carga más antiguas de América Latina, con una edad promedio de 21 años. Lo anterior genera fallas frecuentes, mayores tiempos de entrega, mayor consumo de combustible y repuestos, lo que incrementa los costos logísticos.
De cara a 2025, el precio del diésel, que representa aproximadamente el 40.2% de los costos operativos, será un factor crucial. Un aumento significativo podría desencadenar paros en el sector, impactando negativamente la logística nacional.
