Los juegos de suerte y azar han sido tradicionalmente estigmatizados, pues se considera que cuando está de por medio el dinero pasan de ser una diversión sana a un vicio peligroso y dañino para el ser humano. En Colombia, la explotación del monopolio rentístico de los juegos de suerte y azar se encuentra en manos del Estado y los derechos de explotación que el Gobierno Nacional cobra a los privados por realizar actividades en este segmento están destinados a financiar los servicios de salud pública, por lo que la connotación negativa de la actividad es compensada por su contribución a los objetivos sociales de la nación.
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Según Juan Pérez Hidalgo, recientemente nombrado director de Coljuegos, en 2015 el sector salud recibió 747.000 millones de pesos de los juegos de suerte y azar, casi el 51% de estos recursos provino de juegos nacionales como el Baloto, Súper Astro, Las Deportivas, casinos y bingos y el restante, de los juegos territoriales como el chance y la lotería. Además, está actividad asumió impuestos por 479.000 millones de pesos, con lo que su contribución a las finanzas públicas fue de aproximadamente 1.2 billones de pesos.Pese a que en el país se han presentado casos de malos manejos por parte de los empresarios y son comunes el contrabando y la ilegalidad, el negocio de los juegos de azar tiene un comportamiento dinámico. En 2014 se vendieron 82 millones de tiquetes de Baloto, lo que significa que, en promedio, cada colombiano compró casi dos tiquetes y se estima que los empresas de chance, loterías, casinos y demás operadores de juegos en el país mueven unos 13 billones de pesos anualmente.
En diciembre de 2015, Coljuegos presentó la caracterización del jugador colombiano de juegos de suerte y azar. En este reporte se analizaron 2.708 encuestas a personas mayores de edad residentes de las ciudades de Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla, Bucaramanga, Cartagena, Ibagué y Cúcuta. Realizando las respectivas proyecciones de población, se encontró que el 59% de la población con 18 años o más de estas ciudades corresponde a jugadores.
De la población jugadora el 52% son hombres y el 48% mujeres, y casi el 60% de la población jugadora tiene más de 45 años. El juego de suerte y azar más popular dentro de la población es el chance, pues el 68% de los jugadores manifestó haberlo jugado en los últimos tres meses. Le siguen en popularidad el Baloto y las loterías impresas con porcentajes de compra de 32% y 24%, en el mismo periodo de referencia.
En los últimos seis meses, en referencia a la aplicación de la encuesta, el 66% de los jugadores no abandonó ningún juego de azar, mientras el 34% sí lo hizo, siendo los productos con mayor abandono el Baloto y las loterías impresas. El principal motivo que manifestaron los encuestados para dejar de recurrir a los juegos de azar fue la dificultad para ganar.
Las marcas de chance a las que más se recurre en estas ciudades son Lotería de Boyacá (18%), Medellín (16%), Chontico (13%) y Lotería de Bogotá (13%), comúnmente adquiridas en los puntos de chance. Por su parte, las loterías más populares dentro de esta población son Lotería de Boyacá (40%), De Bogotá (34%), Medellín (29%) y Cundinamarca (26%), donde el medio de compra más efectivo es el vendedor de lotería ambulante.
Otros juegos populares en el país son mesas de juego, bingos, Súper Astro, máquinas tragamonedas, pelea de gallos, carreras de caballos, rifas y promociones, apuestas deportivas y juegos por internet. Para la mayoría de juegos de azar en el país (chance, Baloto, loterías impresas, lotería instantánea, bingo, Súper Astro, peleas de gallos, carreras de caballos y rifas promocionales) el efectivo es el único medio de pago.
Actualmente, el sector avanza en la estructuración de la reglamentación de los juegos online, con lo que se generarán recursos adicionales para el sector salud. También se encuentra abierta la licitación para otorgar en concesión la implementación y operación del Baloto para los próximos 5 años y se están creando frentes de trabajo con instituciones como la Policía Nacional y la Fiscalía General de la Nación para luchar contra la ilegalidad en el sector.
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